Alrededor de mil 500 figuras, muchas de ellas a escala natural o de dimensiones superiores, componen El Arcaico Gran Mural, un complejo pictográfico rupestre ubicado en el corazón de la Sierra de San Francisco, en el estado de Baja California Sur. Sobre su probable cronología y métodos de datación habla el científico español Ramón Viñas Vallverdú.
Ramón Viñas, ante uno de los murales de la Cueva Pintada |
El arte rupestre de México y el estudio de los primeros pobladores de América están entre los principales derroteros científicos de Ramón Viñas Vallverdú. En esta región del mundo, tan lejana de su raigal Cataluña, el prehistoriador, arqueólogo y especialista en rupestrología, ha podido adentrarse en las particularidades de un medio al que Homo sapiens arribó hace menos de 40 mil años.
Proveniente de una región geográfica que fue habitada por al menos cinco especies de homínidos, y donde la diversidad del arte rupestre está ampliamente representada, Viñas Vallverdú se insertó en el fecundo contexto mexicano con la realización de múltiples trabajos científicos y docentes, a través de su labor en el Instituto Nacional de Antropología e Historia (ENAH-INAH).
Como investigador, este catalán de humor latino ha contribuido en tierras ibéricas y americanas al conocimiento de los medios de comunicación ideográficos o arte rupestre y a la identificación de centros ceremoniales prehistóricos en el tránsito de pueblos cazadores recolectores a agrícolas ganaderos.
Los estudios sobre la cronología de las pinturas rupestres y el papel que ha jugado la codificación de estas en el desarrollo del cerebro de Homo sapiens, están entre los actuales intereses investigativos de Viñas Vallverdú, pues considera que al igual que la tecnología, el imaginario simbólico ha sido determinante para la emergencia y evolución de los homínidos del Paleolítico Superior.
Como investigador del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) el científico desarrolla diversos proyectos relacionados con las manifestaciones rupestres de México y, asimismo, aborda el estudio de los primeros pobladores de América mediante excavaciones en ese territorio y en otras partes de México. En la Península Ibérica, dirige otros proyectos sobre el Arte Rupestre Levantino, en particular sobre su origen y desarrollo en el Holoceno e inicios del Pleistoceno.
La última tesis doctoral de Ramón Viñas Vallverdú (defendida en el año 2005 en la Universidad de Barcelona) estuvo centrada en la Cueva Pintada de la Sierra de San Francisco (Baja California, México). Ante nuestro interés por los resultados de esta investigación, responde a las siguientes preguntas, gracias a las posibilidades del correo electrónico.
- ¿Qué es la Cueva Pintada y qué lugar ocupa en el contexto del arte rupestre latinoamericano y universal?
- Se trata de uno de los grandes centros ceremoniales de la prehistoria del continente americano sobre cuyo origen y desarrollo todavía debatimos.
“Está localizado en una zona agreste de difícil acceso, donde hay cientos de abrigos, respaldos y covachas con grandes manifestaciones rupestres, pinturas y grabados que han sido dados a conocer como los Grandes Murales o también como el Arcaico Gran Mural”.
-¿Cuál es su singularidad?
- El complejo integra una serie de cavidades naturales, abiertas a plena luz, que abarcan unos 200 metros de longitud y que hemos subdividido en nueve espacios o zonas. En su interior se pintaron alrededor de 1500 figuras, muchas de ellas a escala natural o superior; algunas alcanzan hasta los 4 metros y otras están pintadas a unos siete metros de altura, lo que confirma el empleo de andamios.
“Sus protagonistas son las figuras humanas: hombres, mujeres y algunos niños; instrumentos como dardos y animales de tierra y mar, entre ellos cérvidos, carneros, coyotes, pumas, zopilotes, águilas, leones marinos, tortugas y una gran diversidad de peces y cetáceos. A este repertorio hay que sumarle los elementos abstractos, principalmente retículas, que aparecen asociadas a las representaciones figurativas.
“Las imágenes no construyen escenas narrativas sino composiciones y agrupaciones simbólicas, donde se asocian y sobreponen todos los elementos citados. En este conjunto rupestre hemos contabilizado un mínimo de ocho fases sobrepuestas que indican una importante estratigrafía cromática y, por lo tanto, un largo proceso pictográfico.
“La paleta del pintor prehistórico comprende cuatro gamas de color: rojo, negro, amarillo (mostaza) y blanco. Una mayoría de las figuras están realizadas mediante una bipartición vertical u horizontal del cuerpo: mitad en rojo y mitad en negro, y habitualmente perfiladas en blanco. Otras imágenes son monocromas y unas pocas fueron pintadas con el empleo de los cuatro colores.
“Entre las temáticas se destacan la asociación de los ciervos o los carneros con las figuras humanas, las representaciones de figuras lanceadas o con dardos clavados (al parecer sacrificios de carácter ritual), mujeres y cérvidos en proceso de gestación y animales, particularmente ciervos, rodeados de otras especies terrestres y marinas.
“El piso de las cavidades presenta morteros fijos, útiles para moler o contener alimentos destinados a las ceremonias y ritos que debieron realizarse en la cueva.
-Has dicho que es muy complicado hacer dataciones de pictografías, debido a que el soporte y el pigmento no ofrecen necesariamente la fecha de creación de la pintura ¿Cómo se resuelve este dilema?
-Las pinturas no siempre contienen algún aglutinante orgánico fechable, o no se detecta en las muestras analizadas (a no ser que sea carbón vegetal). A veces, y sin saberlo, se puede datar algún organismo, generalmente microscópico, que vivió antes o después de la pintura, por lo tanto no se fecha la pintura. Entonces, no se trata de tomar una muestra (de soporte y pigmento) y mandarla a un laboratorio a datarla, sino que primero tendríamos que examinarla para saber qué va a datarse.
Mediante el uso del Microscopio RAMAN puede conocerse si la pintura contiene algún componente orgánico, elemento determinante para decidir si la muestra debe ser enviada al laboratorio de Carbono 14. |
“Es preciso hacer micro estratigrafías de las muestras para conocer a priori su contenido y saber qué fechamos. De lo contrario, corremos el riesgo de obtener sólo una edad ponderada de todo el carbono de la muestra; o sea, en una misma datación tendríamos lo más antiguo y lo más reciente (tanto de los microorganismos como del carbón, si fuera el caso de una pintura negra) y, por lo tanto, sólo conseguimos una `media´ cronométrica del material analizado.
“Lo ideal sería separar las capas o biofilms de la muestra para saber en cuál de todos está la pintura y datar por separado sus distintos niveles. De este modo, podemos obtener distintas dataciones de la estratigrafía de la muestra y afinar, con más exactitud, la edad de la pintura.
“En la Cueva Pintada hemos estimado un período cronológico entre el Arcaico Temprano y la etapa misional, es decir entre el 8.000 y 7.000 a.n.e. y el siglo XVII; pero estas fechas tendrán que ser confirmadas por los resultados del laboratorio, que obtendremos, con suerte, entre el 2012 y el 2013. Depende principalmente de las ayudas de financiación”.
-¿Cómo estas investigaciones, apoyadas en el estudio de las superposiciones de las figuras, ayudarán a redefinir la estratigrafía cromática y estilística de este gran conjunto rupestre mexicano?
-El proceso pictográfico o estratigrafía cromática que hemos establecido en los paneles de Cueva Pintada parte de un primer análisis de las características morfológicas de las figuras o “morfotipos” y sus tendencias formales o estilísticas, y asimismo de un examen ocular de las imágenes sobrepuestas. A veces, las superposiciones no son tan claras como quisiéramos, son algo confusas o dudosas y, por tanto, algunas fases resultan hipotéticas. En consecuencia, el resultado de los análisis en torno a las estratigrafías cromáticas así como del 14C AMS tendrán que refutar o confirmar las fases teóricas y preliminares que hemos propuesto para el conjunto.
Nota:La datación de 14 C AMS consiste en dos procesos, en el primero se obtiene el carbono de las capas, a veces del pigmento, y después se fecha en un laboratorio de 14C.
Métodos de datación
Actualmente, para ajustar mejor las fechas de las manifestaciones rupestres, pueden ser pueden fechadas por 14 C AMS , a través de los oxalatos (ácido oxálico) depositados por los microorganismos sobre los soportes, antes y después de la elaboración de las pinturas o grabados, y que quedan atrapados en las capas o biofilms.
Sin embargo, se requiere de una investigación previa de la muestra, antes de ser mandada al laboratorio de Carbono 14 (14C). En caso de que la pintura no posea un componente orgánico (aspecto que podemos averiguar a priori e in situ con un sistema de espectroscopia RAMAN portátil), entonces buscaremos fechas indirectas de las pinturas, a través de los oxalatos que contienen los soportes y las concreciones que los recubren. En este caso no será necesario tomar ninguna muestra de pigmento, pero solo conseguiremos una aproximación indirecta.
La metodología a seguir parte del estudio de las muestras. Para conocer sus características y propiedades se utilizan la espectroscopia RAMAN y la difracción de rayos X. En el caso de este proyecto, los análisis se realizan en los laboratorios de la Universidad Rovira i Virgili (Tarragona, España) o de la Universidad Nacional de Educación a Distancia de Madrid (UNED). Posteriormente, a través del 14C AMS , se extrae el carbón para ser fechado. Tal procedimiento se desarrolla en el Departamento de Química de la Universidad de Texas A&M o en universidades de otros países como Australia.
Otros proyectos del IPHES en México
-Biodiversidad y sociedades cazadoras recolectoras del Cuaternario de México, en el que se incluyen los trabajos de Cueva Pintada. Está organizado por miembros del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el IPHES. Lo dirigen el Dr. Joaquín Arroyo, paleontólogo del INAH y el Dr. Ramón Viñas Vallverdú. Este proyecto comprende otras intervenciones en los estados de Oaxaca y Sonora con la colaboración del INAH y la UNAM.
-En Sonora, de conjunto con el arqueólogo Cesar Quijada, del Centro INAH de Hermosillo, el IPHES realiza otro estudio de las pinturas rupestres donde también se contempla la documentación con el registro completo de las figuras y el análisis de pigmentos y dataciones. Del mismo modo, existe una colaboración con proyectos de otros investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México.
http://www.canarias-semanal.com/muralisticamexicana.html.
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