Una excavación internacional en Chazumba aporta nuevos datos sobre las primeras poblaciones humanas mexicanas de hace 25.000 años
Equipo de las excavaciones de Chazumba
|
Por Cinta S. Bellmunt
Avanzar en el conocimiento de las primeras poblaciones mexicanas ha sido
el objetivo de la cuarta campaña de excavación que ha llevado a cabo un equipo
internacional integrado fundamentalmente por personal investigador de México y de
Cataluña (España) durante todo el mes de febrero y los primeros días
de marzo. Los trabajos se han desarrollado en el yacimiento arqueopaleontológico
de Barranca
del Muerto, en Santiago Chazumba, Oaxaca (México) y, entre otras
cosas, ha permitido obtener restos de algunas especies de fauna de aproximadamente 25.000 años antes del presente
que aún no se habían documentado en este lugar.
Entre los restos de animales nuevos descubiertos sobresalen el
mencionado gonfoterio perteneciente al género Cuvieronius, así como el perezoso
terrestre Eremotherium laurillardi, el milodonte Paramylodon harlani, el gliptodonte Glyptotherium sp., el venado Odocoileus sp., la rata montera Neotoma sp., el ratón metorito Microtus cf. mexicanus, el conejo Sylvilagus, dos tortugas de los géneros
Kinosternon y Gopherus, así como restos de anfibios y aves aún no determinados.
El equipo en acción, en uno de los niveles del yacimiento de Chazumba |
“La presencia de esta fauna indica que hace 25.000
años el paisaje era distinto al actual pues entonces pudieron existir fuentes
permanentes de agua, un clima menos frío y una vegetación distinta, más
semejante a bosques que pudieron ir de templados (coníferas) a tropicales”,
explica Joaquin Arroyo, investigador del INAH (Instituto Nacional de Antropología
e Historia).
Eudald Carbonell (izquierda) y Ramón Viñas, investigadores de l'IPHES, excavando en Chazumba
Además se han recuperado dos defensas completas de
un gonfoterio del género Cuvieronius,
una especie emparentada lejanamente con los elefantes
actuales. “Miden aproximadamente 1,80 m y están en condiciones de conservación
regulares que los movimientos del suelo
con el tiempo les han causado fracturas de mayor o menor tamaño”, apunta Joaquin
Arroyo. Este animal ya había sido
registrado en temporadas anteriores tanto en el depósito en Chazumba II que
corresponde al sitio del hallazgo de las defensas como en Chazumba I que fue
donde se iniciaron las excavaciones.
Estos trabajos arqueopaleontológicos forman parte del proyecto de
investigación “Biodiversidady Sociedades Cazadoras Recolectoras del Cuaternario
de México” y se han efectuado bajo la codirección de Ramón Viñas,
investigador del IPHES
(Institut Català de Paleoecologia Humana y Evolució Social) y Joaquín
Arroyo.
La campaña contó con la participación de Eudald Carbonell, director del
IPHES que estos días esta de gira impartiendo varias conferencias por aquel
país, miembros de la ENAH (Escuela Nacional de Antropología e Historia), como
Irán Rivera, palinóloga y también codirectora del
proyecto específico en Chazumba, así como Alejandro Terrazas y Martha
Benavente de la UNAM
(Universidad Nacional Autónoma de México), además de estudiantes de
arqueología y biología.
Coincidiendo con la excavación se efectuaron diversas acciones de
socialización, como algunas charlas para dar a conocer el proyecto, que tiene
sus orígenes en 2007 con el fin de conocer el origen y las características de
las primeras poblaciones humanas mexicanas y su
contexto paleoambiental, en sus etapas más tempranas, que podrían situarse en
una cronología al entorno de 20.000-25.000 años si llegan a corroborarse algunas
observaciones en hueso y minerales de posibles modificaciones
antrópicas.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario