miércoles, 20 de enero de 2010

¿Quién soy y qué hago en el universo?



La creación del Complejo de la Evolución Humana, en Burgos, España, contribuirá a un mayor conocimiento acerca de nuestros orígenes y abrirá una nueva puerta para retroceder en el tiempo e indagar sobre los antepasados más antiguos del Homo sapiens.



Texto: Flor de Paz. Fotomontaje: Gizéh Rangel de Lázaro.

Hacia la ciudad española de Burgos enrumban su andar Homo antecessor y su descendiente heidelbergensis. Otro refugio abre las puertas a los prehistóricos seres que tuvieron abrigo en la Sierra de Atapuerca hace más de un millón y 500 mil años, respectivamente.

Una moderna edificación será el nuevo hogar de estos homínidos. En el denominado Complejo de la Evolución Humana (CEH) tendrán sitio privilegiado los antiguos habitantes de Atapuerca.

Compuesto por tres módulos, el inmueble fue erigido junto a la ribera del Arlanzón, el río de vasta antigüedad que atraviesa la urbe castellana y que también forma parte del conocido ecosistema montañoso.

Crear una conciencia de especie a partir del conocimiento del proceso evolutivo para salvar el futuro de Homo sapiens, según ha dicho Eudald Carbonell, codirector del Proyecto Sierra de Atapuerca (PSA), es el objetivo que se persigue al edificar este inmenso predio acristalado que integra un centro de investigaciones, un museo y un palacio de congresos.

La primera parte del CEH: el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), fue inaugurada el pasado mes de julio.

En el nuevo enclave la institución constituida en el 2004 amplió significativamente el espacio físico y las potencialidades para cumplir con su misión de realizar estudios evolutivos correspondientes a los períodos geológicos Plioceno y Pleistoceno.

Otro de los módulos del Complejo, el dedicado al Museo de la Evolución Humana (MEH), abrirá sus puertas en julio de 2010. Aún en fase de montaje interior, no tiene precedentes entre los de su tipo el mundo debido a la magnitud y contenidos que lo caracterizarán.

Una galería de réplicas de doce homínidos y la exposición de fósiles originales que los investigadores han sacado a la luz durante treinta años en las campañas de excavaciones de la Sierra de Atapuerca, estarán entre las singularidades del área de exposiciones permanentes del MEH.

Buscar en el pasado

Las investigaciones que realiza el CENIEH trascienden su estrecha relación con los yacimientos de Atapuerca y con el material arqueológico extraído de la Sierra, base de numerosos labores que desarrolla la institución.

“Hacemos estudios de evolución humana; por tanto, abarcamos mucho más y pretendemos ser un centro importante entre los de su tipo en Europa y en el mundo”, aseguró José María Bermúdez de Castro, director de ese colectivo científico.

Siete programas investigativos, conformados por uno o más grupos de trabajo, son desarrollados en estos momentos en el CENIEH. Entre ellos, Paleobiología y paleoecología de los homínidos, relacionado con el estudio de los fósiles humanos, y Geocronología, encaminado a la datación de los yacimientos.

Al primero corresponde el grupo denominado Antropología dental, que a partir de estudios sobre más de cinco mil piezas fósiles odontológicas ha aportado datos para la identificación de especies homínidas y sobre las relaciones de parentesco entre algunas de ellas, así como acerca de patologías en poblaciones humanas extintas.

El programa científico de Geocronología cuenta en el nuevo edificio del CENIEH con laboratorios que a mediano plazo ofrecerán servicios de datación a la comunidad científica internacional, a la vez que sus investigadores trabajan en la innovación y el desarrollo de nuevas técnicas y métodos de cronometraje.

Amplio es el número de disciplinas que en la actualidad aborda este centro. Sin embargo, para José María Bermúdez de Castro la investigación sobre evolución humana no solo consiste en estudiar fósiles y saber cómo vivían los seres a quienes correspondieron los huesos o herramientas que son halladas en los yacimientos arqueológicos, sino también entrar en contacto con lo qué significa para los humanos conocer sobre sus orígenes.

Según el científico, resulta extraordinario poder contribuir en la búsqueda de la respuesta a esa gran pregunta que nos hacemos todos los seres humanos una vez que tenemos conciencia, ¿quién soy y qué hago en el universo?

“Sacamos a la luz los fósiles, los estudiamos y decimos: nuestro origen es africano y hace seis millones de años antecesores de los humanos estaban en los arboles y se alimentaban de frutas. Creo que todo esto nos forma un poco la mente a todos”, reflexiona Bermúdez de Castro.

Además de la investigación, el CENIEH tiene el cometido de restaurar y conservar las colecciones procedentes de yacimientos arqueológicos y paleontológicos correspondientes al plioceno y pleistoceno.

En la nueva instalación serán reunificados alrededor de 300 mil fósiles extraídos de la Sierra de Atapuerca, así como otros provenientes de yacimientos enclavados en la región de Castilla y León.

El área de colecciones del CENIEH cuenta con cerca de 780 metros cuadrados de superficie distribuidas en cinco salas. Con el espacio previsto se calcula que habrá sitio para los fósiles que se recuperen en Atapuerca en las sucesivas campañas hasta el año 2030.

Fósiles y réplicas

Cinco mil metros cuadrados de superficie expositiva, distribuidas en cuatro plantas, abarca el Museo de la Evolución Humana (MEH).

A Darwin y a su Teoría de la Evolución, y a la historia del devenir humano, se ha destinado la planta cero del MEH. En ella estará ubicada la espectacular galería de los homínidos, única en el contexto museográfico internacional.

Mediante una rampa que nace en el nivel superior podrá accederse a la planta uno –el núcleo del museo-, de forma tal que los visitantes experimenten la sensación de adentrarse en el interior de los yacimientos.

En ese salón dos de los cuatro bloques levantados reproducirán escenarios de Atapuerca mediante una especie de trincheras que simulan los cortes orográficos y estratos de la Sierra. Uno de ellos, recreará a Homo antecessor y a los yacimientos de la Gran Dolina y la Sima del Elefante; en el otro, Homo heidelbergensis y la Sima de los Huesos.

Vitrinas especialmente diseñadas para la conservación y seguridad de los fósiles expondrán restos óseos originales procedentes de Atapuerca, mientras un audiovisual contextualizará la especie y el yacimiento a que pertenecen.

La exposición de esta planta estará dotada de efectos interactivos mediante los cuales podrán mostrarse los métodos de datación de los fósiles.

Apoyada en diversos recursos, la muestra explicará fenómenos como el de nuestra herencia cultural o la aparición del fuego. También ejemplificará representaciones artísticas primitivas.

Los tres ecosistemas fundamentales relacionados con la evolución humana: la selva, la sabana y la tundra-estepa de la última glaciación, serán recreados en la planta dos, en lo que constituye el techo de los bloques del piso uno.

En la última o tercera, el visitante podrá comparar su talla con la de la reproducción de un mamut, que a la vez explica la adaptación de los animales a los cambios climáticos.

Este nivel también contará con un mirador desde el cual podrán observarse los ecosistemas instalados en la planta anterior.

El Museo de la Evolución Humana expondrá en toda su dimensión el valor de los yacimientos de la Sierra de Atapuerca y de sus labores de investigación asociadas a salvaguardar el patrimonio paleontológico. Constituirá asimismo un escenario de aprendizaje y cultura.


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