domingo, 15 de junio de 2008

El europeo más antiguo tiene 1,2 millones de años


José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell, codirectores del Proyecto Atapuerca examinan el fósil humano descubierto en Sima del Elefante.Su descubrimiento anticipa en 400 mil años la presencia humana en Europa, según publica la revista Nature. (Foto: Jordi Mestre)

Por Flor de Paz

Los restos humanos más antiguos de toda Europa: una mandíbula con varios dientes, y un molar descrito ya en junio pasado, ambos con un registro de 1,2 millones de años, fueron hallados en el yacimiento Sima del Elefante (nivel 9), de la Sierra de Atapuerca, durante la campaña de excavaciones realizada en el verano de 2007.

La trascendencia de este descubrimiento, que acaba de ser publicado en la revista Nature, radica en que los fósiles aparecieron en un nivel donde anteriormente se había reportado la presencia de industria lítica y fauna, algunos de cuyos huesos presentaban marcas de corte, elementos ya de por sí demostrativos de la presencia de actividad humana. Pero faltaba la evidencia: los restos óseos de homínidos.

Ahora los científicos ya disponen de esa prueba: el propio fragmento de mandíbula con varios dientes, un contexto arqueológico compuesto por herramientas de piedra y huesos de grandes mamíferos con marcas de haber sido procesados por estos homínidos con fines alimentarios.

Según explica Eudald Carbonell, codirector del Proyecto Atapuerca, “todo este conjunto cuenta con una datación muy fiable, obtenida por diversos métodos, y que arroja una edad de entre 1,1 y 1,2 millones de años”.

Y añade: “El descubrimiento de este fósil humano se adscribe a la especie Homo antecesor, que fue definida en el nivel seis de otro yacimiento de la Sierra de Atapuerca, Gran Dolina, hecho que publicó hace poco más de 10 años la revista Science”.

La asociación de los restos humanos descubiertos en Sima del Elefante (1,2 millones de años) y los de la Gran Dolina (800 mil años), cambia algunas concepciones iniciales sobre el origen africano de Homo antecessor.

“Si este homínido vivió en dos sitios de la sierra burgalesa y los homínidos de Dmanisi, en Georgia, están datados en 1,8 millones de años, la hipótesis de una procedencia asiática toma ahora mucho más fuerza. Por otra parte, en África aún no ha sido descubierto ningún resto que pueda asociarse claramente a Homo antecessor”, reflexiona la Doctora Marina Mosquera, del Equipo de Investigaciones de Atapuerca.

El origen asiático del género Homo

La posibilidad de un origen asiático (y no africano) para la mayoría de las especies de Homo es un tema de debate actual en el contexto del estudio de la evolución humana. Su significativa importancia no pasó por alto en los debates del recién celebrado II Seminario Internacional sobre Paleoecología Humana: nuevos avances, celebrado en Burgos, España, y donde se reunieron científicos de varios países del mundo.

Uno de los participantes en el encuentro, David Lordkipanidze, responsable de las investigaciones y excavaciones del yacimiento del Pleistoceno inferior, en Dmanisi, Georgia, explicó cómo los hallazgos del sitio arqueológico que él tiene a su cargo han transformado las concepciones que se tenían sobre los homínidos y sus características físicas, además del momento en que llegaron a Eurasia.

“Los hallados en Dmanisi tienen una capacidad craneal de 600 centímetros cúbicos, similar a los que salieron de África. Sus extremidades inferiores son muy similares a las humanas y las superiores se acercan más a las del mono, lo cual incide en sus características locomotoras”.

Interrogado sobre si puede afirmarse que los homínidos entraron a Europa por Asia, David Lordkipanidze afirmó: “Esa es la evidencia que tenemos hasta hoy, aunque es muy difícil precisar cuál era entonces la frontera entre ambos continentes.”

Dmanisi se encuentra en un sitio estratégico entre ambos continentes, por lo cual se le ha denominado “las puertas de Europa”. Este punto geográfico, junto a Italia y a la Península Ibérica, son los más importantes para el estudio del poblamiento del Viejo Continente. En ellos se descubren actualmente las evidencias más antiguas de la presencia de homínidos en Eurasia.

Para José María Bermúdez de Castro, uno de los codirectores del Proyecto Atapuerca, Dmanisi representa una de las primeras evidencias, si no la primera, de la presencia genero Homo.

“Hay algunos investigadores que pensamos que Homo habilis en realidad debería clasificarse como Australopithecus habilis, mientras que los homínidos encontrados en Dmanisi deberían ser los primeros en considerarse Homo. Si eso es correcto, el origen de nuestro género está en Eurasia y las especies africanas pertenecientes a Homo, pudieran tener un origen euroasiático.

“Creemos que Dmanisi ha jugado un papel fundamental en las expansiones. No solamente hacia lugares como la Isla de Java, Indonesia o Europa occidental. Quizás nuestro Homo antecessor esté relacionado con este primer esparcimiento demográfico”, señaló Bermúdez de Castro.

El aspecto cultural, que tiene significativa incidencia en estas concepciones, fue subrayado por Eudald Carbonell, también codirector del Proyecto Atapuerca. Para este arqueólogo de profesión y filósofo de vocación y ejercicio, “muchas veces el origen del género Homo se ha relacionado con el origen de la cultura y de la tecnología y, por ahora, las tecnologías más antiguas han sido descubiertas en África, no en Eurasia.

“Más que nunca creo que hay una aproximación entre la arqueología, la geología, la botánica y la antropología, y una estrecha relación entre biología y cultura. Todas ellas deben andar juntas, para evitar bifurcaciones en la discusión sobre los procesos adaptativos de las especies que conforman nuestro género y los que están próximos al nuestro”, concluyó.

PUBLICAR EN NATURE

Para Eudald Carbonell, que el Equipo de Atapuerca ocupe por segunda vez una portada en la prestigiosa revista Nature es un hecho extraordinario que vuelve a poner en la primera línea científica internacional el tema de la evolución humana, así como la importancia de los yacimientos burgaleses.

La primera fue en el año 1993 –explica- cuando descubrimos en la Sima de los Huesos los cráneos de Homo heildebergensis, de cerca de medio millón de años de antigüedad. Ahora, en 2008, tenemos de nuevo un artículo y la portada en Nature, con motivo del descubrimiento de una mandíbula humana en otro yacimiento de la Sierra de Atapuerca, la Sima del Elefante.

“Para nuestro equipo, ser portada dos veces con el mismo complejo de yacimientos significa la consolidación de los estudios de la prehistoria y la paleontología en España. Gracias a estos y otros importantes descubrimientos, nuestro país empieza liderar estas ramas del saber”, dijo. (Publicado en el periódico Orbe, de la Agencia Prensa Latina, en abril de 2008)


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