Por Flor de Paz
La historia de la evolución humana puede aquilatarse a través de los dientes. Este es el registro fósil más abundante que existe; sus formas particulares no varían en el transcurso de la vida, por lo cual es considerado como una traducción externa muy fidedigna del código genético.
Parentescos, edad, tipos de dieta y procedencia, y mezcla de las poblaciones, son datos factibles de obtener mediante el estudio de las piezas dentales. Su esmalte es el tejido más duro del cuerpo, y comparado con otras partes esqueléticas es la que más información ofrece, aun cuando pertenezca a los más antiguos seres que han habitado el planeta.
Una investigación de cinco mil piezas pertenecientes a homínidos de diferentes especies, hecha en el Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana (CENIEH), en Burgos, España, sugiere que el origen del humano europeo está en Asia y no en África, según se pensaba hasta hace muy poco.
“Su resultado más importante consiste en haber demostrado las diferencias morfológicas existentes entre los ejemplares procedentes de los continentes africano y euroasiático durante el Pleistoceno (desde hace 1,8 millones de años hasta 10 000 antes del presente). Este es el análisis más completo realizado hasta el momento sobre dientes permanentes de homínidos”, subraya la Doctora María Martinón-Torres, responsable del grupo de Investigación de Antropología Dental del CENIEH.
Según esta especialista, la principal zona originaria de los primeros emigrantes a Europa puede haber sido el Oriente Próximo, considerado un verdadero cruce de caminos y carreteras entre continentes. “Es posible que en aquella región las poblaciones asiáticas y europeas hayan compartido un ancestro común, lo cual subraya que muchas de las especies halladas fuera de África están en otros sitios porque no son originarias de ese continente.
“El estudio también demuestra que Asia y Europa tienen sus propias historias evolutivas. África fue importante en determinados episodios de nuestra evolución, como la aparición del Homo sapiens, y escenario de los primerísimos capítulos de la evolución humana. Pero en los últimos 1,8 millones de años, un florido árbol de especies homínidas surge y se desarrolla en Eurasia. Además, los homínidos fueron de África a Eurasia y viceversa”.
Se ha aceptado, por ejemplo, que los Neandertales son una especie europea. Entonces, igual podemos plantearnos que otras especies del Pleistoceno inferior son asiáticas en sí mismas aunque pueden haber sido originarias de poblaciones africanas.
Los homínidos son animales con adaptaciones particulares, debido al uso de tecnología para obtener energía del medio, que se expanden siempre que no haya ninguna barrera geográfica, climática o a nivel de ecosistema que los detenga. Y son pocos estos obstáculos.
-¿Los estudios realizados sólo han abarcado el aspecto morfológico?
-Sí, pero en el CENIEH tenemos diferentes líneas de investigación. En esta miramos una serie de caracteres externos presentes en los dientes, principalmente en la corona y en la raíz. Entre ellos, el número de cúspides, la forma del patrón de surcos y los tubérculos adicionales que algunos tienen y otros no. Este ha sido un examen exhaustivo de características externas muy conocidas de la forma de los dientes.
“Ahora hemos comenzado un nuevo estudio sobre la anatomía interna de estas mismas piezas dentales, con técnicas de imagen como la radiografía con microtacs”.
-En Atapuerca se descubrió recientemente un molar de homínido de aproximadamente 1,2 millones de años. ¿Qué aporta este hallazgo a la historia de la evolución humana?
-Hay que esperar por el resultado de análisis más detallados sobre su significado y relación con el resto de las poblaciones, pero preliminarmente pone de relieve que Europa tiene una historia evolutiva propia. Durante muchísimo tiempo se pensó que este continente había comenzado su poblamiento hace 500 mil años. Los restos de Homo antecessor, hallados en Atapuerca, rompieron esa barrera. Ahora el propio yacimiento burgalés vuelve a batir su propio récord y presenta un homínido todavía más antiguo.
-¿Qué experiencia le ha aportado estudiar cinco mil dientes de homínidos?
-He aprendido a ver y distinguir características que a primera vista no son perceptibles. Un diente es un paisaje en miniatura. Hay en él tal cantidad de información concentrada y comprimida, que asombra. Y en tal sentido, cuesta arrancar, pero una vez adentrada en ese entorno puede contemplarse un paisaje fascinante, concluyó la Doctora María Martinón-Torres.
1 comentario:
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